domingo, 10 de junio de 2012

Castiechu y Cervera por la Castañal

Ante la falta de planes para este fin de semana y después de un par de cervezas por la villa moscona en la tarde-noche del viernes, decidimos en una media hora realizar alguna ruta cercana y desconocida para, en principio, amenizar la mañana sabatina. Decidimos arrimarnos a Belmonte de Miranda, zona en plena expansión turística y pegada a Grao, para realizar en principio la ruta la Castañal hasta Dolia.

RUTA: Belmonte - Ondes - San Martín de Ondes - La Corredoria - Dolia - Pico Castiechu - Pico Cervera - Tiblós - Tabláu - Belmonte
LONGITUD: 17,64 kms.
DIFICULTAD: Fácil (en algunos puntos no hay sendero marcado, pero se orienta uno bien)
ASISTENTES: Maro nin, Sam y Diego Nieto

Mapa y track de la ruta
Cómo hoy pensábamos en hacer una cosa rápida para ocupar la mañana y Belmonte nos queda a tiro de piedra, retrásamos la salida hasta las 9 (aunque hubo que dar la vuelta a por alguno...). Ya en Belmonte, desayuno rápido en la gran Fonda Cela estupendamente regentada por Roberto y familia y charleta con los conocidos de la zona antes de comenzar la marcha. Se inicia la ruta, una vez pasado el puente, a la derecha, ruta señalizada como La Castañal (PR.AS-144) y que discurre por el margen izquierdo del río Pigüeña por zona llana en principio.

Camino de Ondes
Tras unos 20 minutos, llegamos al nuevo y remozado cercado, aún por estrenar, destinado a mantener, al estilo senda del Oso, a lobos en cautividad a modo de reclamo turístico. No tengo nada en contra de que una zona explote sus recursos, pero personalmente, no me parece esta la mejor manera. Creo que tiene más encanto, misterio y leyenda que una tierra de lobos, los venere y admire sin encerrarlos, dedicandoles un museo y un centro de interpretación como el que ya esta construido, por ejemplo.

Cárcel de lobos
En este punto, y tras superar la fonte L'Osu y la fonte Santa Icía en las inmediaciones del regueiru Cuovasil, el camino se empieza a tornar píndio y algunos empiezan a notar la falta de entrenamiento y el bochorno reinante pese a llevar orbayando y lloviendo desde la salida. El camino es precioso y discurre por un bosquedal de castaños, salgueras, avellanos, laureles y un importante encinar, con zarzaparrillas asociadas a este bosque.


Sam, sufriendo y disfrutando a la vez...
Maro, enseñando la "maría" a Sam
En continua pendiente, el camino nos va aproximando hacia el pequeño pueblo de Ondes y siguiendo siempre el curso del arroyo Algairona, dejando en el camino sitios singulares como la fonte Sifontes. El camino esta muy tomado por la maleza e incluso las fuentes son poco accesibles.

Sifontes y señalización
Llegamos a Ondes, pequeño núcleo de tan sólo 10 habitantes de los cuales en menos de 10 minutos, nos encontramos a 6, que amablemente y en cordial conversación nos indican que para subir hacia San Martín hay que pisar asfalto sí o sí, si bien por el viejo camino, se pisa menos y es más de "senderismo", según sus propias palabras. Cierto es que el trozo de asfalto es menos de un kilómetro, realizado bajo la lluvia más intensa de la jornada.


Llegando a San Martín...
Desde San Martín proseguimos por carretera en dirección a Dolia y apenas 100 metros más adelante nos topamos con una señal que indica hacia el Pico Cervera por La Corredoria y Dolia. El camino es ancho y empedrado, y nos va elevando poco a poco hacia La Corredoria y el Camín Real de la Mesa, una zona que me encanta desde siempre por su historia y que tengo bastante "pateada". Antes de llegar a la venta, nos encaramamos en un picacho, desde dónde damos vistas al valle del Pigüeña, sierras de Manteca y Begega y los picos Cervera y Castiechu, que aún no sabíamos que ascenderíamos.

Loma con vistas

No sabian que iban a subir los dos de atrás...
La Corredoria, el asfalto no gusta
La Corredoria, atravesada por el Camín Real de la Mesa, tiene en sus inmediaciones varios túmulos y una hermosa venta con capilla. Esta vía fue paso de centurias romanas, de huestes árabes, de peregrinos jacobeos, de arrieros, pastores, etc., de las más importantes vías de comunicación con la Meseta desde época neolítica hasta mediados del siglo XIX. La ruta continúa por detrás de la venta, siguiendo el Camín Real hasta Dolia (840 m). En Dolia, un par de garimbas en la buena compañía de Clara y Kike Ronderos en Dolia Rural, que nos aclaran la bajada por Tabláu y sus distintas opciones así como la presencia de úrsidos por la zona. Una realidad que Kike nos muestra en su móvil en las laderas del Cervera.

Venta La Corredoria y dedón

Dejando Dolia
Desde lo alto del pueblo y siguiendo la señal que nos indica hacia el pueblo abandonado de Cuovasil (ahora braña), se enlaza con una pista que en poco más de 40 minutos nos dejaría de vuelta en Belmonte. Pero como gustamos de complicar algo más y debido a la calentura de las cervezucas, decidimos subir al pico Castiechu y luego, una vez allí, redecidimos subir al Cervera también. La cima del Castiechu se consigue por una cresta un tanto expuesta y el aire reinante nos hizó pararnos poco, la del Cervera mucho más asequible, pero con el mismo aire o incluso más.

Castiechu y pista que baja por Cuovasil

Cervera, con dos montañeros encima
Desde la cima del Castiechu, por decir que se gana altura sobre el terreno e impresionan sus cortados de la cara norte, se desciende fácil al colladín entre este pico y el Cervera, desde dónde siguiendo un sendero bien marcado, alcanzamos la cima en unos pocos minutos. Aire para regalara y vistas tremendas sobre Belmonte y la sierra de Begega, merecio la pena el desvío y el pequeño esfuerzo.

Parez que sopla...
El aire nos hace descender rápido, y como la gente parecía que tenía cuerda pa rato, obviamos la bajada fácil por la pista a Cuovasil para enlazar con la que nos llevaría a Tabláu, para bajar por la zona de las Vallinas de Caleiro en búsqueda del abandonado pueblo de Tiblós, sin accesos asfaltados y a apenas unos kilómetros de Belmonte. El camino se pierde aquí a veces y esta poco transitado, por lo que en poco tiempo es posible que se cierre, ya que la maleza estaba altísima y el monte no pregunta a la hora de avanzar. Bellísimas zonas las que atravesamos, usadas tan sólo por algún ganadero y sus animales.

Descenso delicado

¿Por dónde nos metemos?
Enlazando con diversos caminos y senderos, vamos perdiendo altura y descendiendo por las vallinas, hasta salir a una ancha pista que viniendo desde Meruxa y Repenerencia enlazaba con las apenas cinco casas del núcleo de Tiblós. Una vez ganado este camino, hay que descender y superar un cierre y una curva a la derecha. No ascender y hacer unos metros extras como nos pasó a nosotros.

De ese senderuco de la derecha salimos...
Antes de atravesar el pueblo abandonado de Tiblós, nos recorre la espalda un escalofrío por la quietud reinante y esa rara sensación que dan siempre las casas vacías, con indicios de haber sido habitadas no ha mucho (nombres en los buzones, tendales en las antojanas...). Lamentablemente, esto cada vez es menos noticia en Asturias. Son apenas cinco casas, pero su situación, colgadas en la ladera y su aspecto, sobrecogen al más "pintao".

Tiblós, siendo conquistado por la flora...
Desde Tiblós y siguiendo el camino que sale a la derecha de la última casa, bajaremos por una empedrada caleya hasta el núcleo de Tabláu en poco tiempo y desde allí, sólo nos restan unos 800 metros por la carretera hasta volver a Belmonte por el barrio de Los Caleyos y la calle Alta. En resumen, muy recomendable para todos los sentidos y al lado de casa esta asequible ruta.

lunes, 4 de junio de 2012

Pasá del Picayo (una "pasá" de ruta)

Tocaba inaugurar mes, Junio, y tras una semana de mucho calor, se cumplía la máxima de Murphy y para el fin de semana se anunciaban tormentas y mal tiempo. Afortunadamente, los discípulos de Montesdeoca fallaron clamorosamente y pudimos disfrutar de un maravilloso día por Picos, realizando una de las rutas más preciosas que tengo en mi haber, la Pasá del Picayo.

RUTA: Rumenes - San Esteban de Cuñaba - Collado del Medio - Canal de las Tejucas - Canal del Infierno - Collado de los Obreros - Pasá del Picayo - Canales de Arguma y Requejo - Canto las Torcas - Tresviso - Balcón de Pilatos - Urdón.
LONGITUD: 23,1 kms (igual se me volvío un poco loco el GPS, advierto)
DIFICULTAD: Media (si se tiene vértigo, dificultad alta y algún paso expuesto)
ASISTENTES: Gerardo, Diego Nieto y el G.M. Moscón

Mapa y track de la ruta
Debido al largo desplazamiento en autobús hasta el punto de partida, se altera el horario de salida habitual y se zarpa en la remozada nave de Autos Nieto a las 7 de la mañana. Parada a desayunar en casa Junco, otro clásico de la zona y al llegar, pertrecho y 3000 metros de puro ascenso asfáltico e infernal hasta San Esteban. Ya apretaba el calor.

Desde la salida, ya impresiona...
Gerardo, posando en San Esteban
Desde San Esteban, hay que continuar camino en dirección al área recreativa, donde comienza como tal el PR señalizado durante todo el recorrido y que nos llevará en unas 4 horas hasta el pueblo cántabro de Tresviso, atravesando las alturas y precipicios de la sierra Cocón.

San Esteban desde el mirador de Cueto Bea

Vamos hacia allá arriba...
Se atraviesa la zona del área recreativa, siempre en ascenso por un tupido bosque, el bosque Robicones repleto de hayas, avellanos y algún abedul que otro en su parte alta. A la salida de esta zona boscosa, comenzará lo espectacular hasta Tresviso.

Precioso bosque
Alguno se cae de maduro...
Y como la ruta es tan espectacular, no se me ocurre ningún tipo de palabra (al menos en castellano), que pueda describir lo que se siente estando en esos lugares, atravesando zonas que desde lejos parecen infranqueables, dando vista a tremendos abismos sobre los que parece uno estar colgado...así pues, os dejo toda una sucesión de fotos para que disfrutéis, en menor medida claro esta, de lo que yo disfruté como un "enano" este sábado...

Empieza el espectáculo...

En fila de a uno

Pasos con cable (no necesario muchas veces)

Alturas considerables ya...

Se suceden tremendas canales...

Un vegetal acróbata

De ahí abajo salimos...

La niebla y el abismo (La Hermida)

Pasá del Picayo (excesivas las vallas, para mi...)

Paso expuesto
Tras el extásis visual y físico, ya que la subida es durilla, y una vez superadas todas las canales y la Pasá, queda un tramo en ligera pendiente que nos aupara hasta el canto de las Torcas. Las vistas siguen siendo impresionantes hacia la zona del desfiladero de La Hermida y la canal del Agua. Uno se pregunta que sensaciones invadirían a quien fue pionero en semejante camino. Se suceden las bromas sobre las ganas que había que tener para cortejar en Tresviso siendo de San Esteban.

Zipi y Zape en franca progresión
Una vez superado el paso del Canto de las Torcas, se acomete la ladera que nos llevara directos hacia Tresviso, dónde realizaremos un pequeño descanso con la consiguiente hidratación y nutrición. En este caso, como pasa con la ruta, ilustra mejor una imagen que mil palabras.

El Presi y Gerar, dando las últimas

Tresviso ya espera
Sesión de recuperación
Después de rehidratarse y coger fuerzas, emprendemos camino hacia Urdón, con peso extra en la mochila y en la barriga, a través de la imponente bajada que nos llevará hasta el autobús atravesando zonas tan espectaculares como las Invernales de Prias o el Balcón de Pilatos, colgado literalmente sobre el río y la carretera.

Invernales de Prias

Bonita vista desde el Balcón...
La bajada hasta la altura del río es pindia y se hace bien, disfrutando del terreno que nos rodea y guardando en la retina todo lo visto en esta espectacular ruta. El buen humor y sentir reinante en el grupo proporcionó momentos de puro espectáculo como el I Descenso Moscón de Pedreros o el bautizo en la natación sincronizada del Abuelo y algún otro....En resumen, una gran ruta, con todos los componentes para ser calificada como de las mejores que hicé jamás.